Si lo que buscas es turismo de naturaleza y aventura, visitar el Roraima es una opción fascinante y el plan perfecto para la temporada de Semana Santa
El Monte Roraima, ubicado en el Parque Nacional Canaima, es el más alto de los tepuyes con sus 2.810 m.s.n.m., es una de las formaciones geológicas más antiguas del planeta, por lo que debe ser conservado y protegido, siendo además el más visitado y conocido de los que se encuentran en La Gran Sabana.
El nombre dado por los pemón es Roraimö, que quiere decir “Madre de todas las aguas”.
Ir al Roraima es lanzarse a una aventura fascinante en Venezuela y Suramérica; es el plan perfecto para conocer el tepuy durante esta temporada de Semana Santa, si lo que buscas es turismo de naturaleza y aventura.
La primera vez que lo visité fue en 2014 y para escalarlo ya me había entrenado meses antes con el tepuy Chirikayén, cuando me uní a un grupo de mochileros en el que cada uno llevaba su comida, carpa y cocina, durante 6 días y 5 noches, guiados por Gumersindo de San Francisco de Yuruaní.
En esa visita viajamos en vehículos de doble tracción durante 1 hora hasta Paraitepuy, una pequeña aldea a los pies del gigante Roraima, que nos recibió radiante e imponente totalmente despejado de nubes. Mi corazón latía fuertemente, había deseado mucho este momento, mi sueño se estaba cumpliendo, y en ese preciso momento hubo una conexión entre mi alma y mi corazón con ese antiguo y místico lugar.
Para visitar este tepuy es imprescindible llevar un guía indígena y porteadores de la comunidad, así como también baño portátil y porteador de desechos. Al comenzar nuestra caminata, nos colocamos las mochilas pesadas en la espalda, que representan unos 15kg mas o menos.
Hay que estar preparados física y mentalmente, para iniciar esta aventura. Hay una primera subida un poco difícil que se llama “la prueba” si la pasas ya te puedes visualizar en el tope del tepuy. La primera noche se acampa en el Río Tek, son 12 km desde Paraitepui. Nos dimos un baño y preparamos la cena en un ambiente de camaradería y fraternidad.
Al siguiente día nos dirigimos al campamento base a una distancia de 9 km, la caminata es ruda y mientras te acercas al Roraima y al Kukenan se van viendo imponentes, hechizantes. Al avanzar las piernas me temblaban, por mi cabeza pasaban muchas cosas y alentaba a mis amigas a seguir.
Al estar en el campamento base hice muchas amistades con otros grupos de venezolanos y pemón, pues al estar estudiando turismo en la universidad, me llamaba mucho la atención la manera como trabajan. Los guías nunca te dejan solo, son muy amables y cordiales, siempre te dan palabras de aliento y ánimo para que puedas continuar.
Al tercer día ascendimos al tope luego de 5 horas de trayecto en subida. Al coronar la cima, lloré de la emoción y me abracé junto a mis compañeros. Este lugar me conmueve mucho, sin duda alguna sientes como si estuvieses en otro planeta. Disfruté viendo las formaciones rocosas con figuras extrañas. La energía que sentía me recorría el cuerpo, porque es un lugar sagrado y la vista te deja sin aliento. Valió la pena el esfuerzo y subir con nuestras pesadas mochilas, fue un reto.
Instalamos las carpas en “hoteles” que son cuevas que protegen de la lluvia y del sol. Nos quedamos en una que llaman Sucre, donde dejamos nuestras mochilas y solo salimos con capa de lluvia, cámara y agua a hacer los recorridos en el tope. Roraima suele ser bipolar, el clima cambia mucho, puede hacer un súper sol que te está quemando y a los 10 minutos viene una nube y cae una fuerte lluvia por eso siempre hay que estar bien preparados.
En la cima del tepuy hay muchísimos lugares que visitar, uno de ellos son los jacuzzis que son piscinas naturales con formaciones de cuarzo. En el fondo, el agua es helada, para no entrar no puedes pensarlo mucho, pero sales renovado y con más energía. Luego visitamos la Ventana y el Abismo, la mejor hora es temprano por la mañana para verlos despejados.
Es un lugar único y excelente para meditar, agradecer y quedarte un buen rato admirando tanta belleza, tocando las nubes y observando toda la selva y el tepuy Kukenan que se muestra reluciente. Seguimos hacia el punto más alto que es el Maverick, le dicen así porque tiene forma de carro. Es recomendable ir cerca de las 5 de la tarde para ver el atardecer y la vista impresionante que muestra toda la inmensidad de La Gran Sabana, excelente para hacer fotografías.
En este ecosistema tan antiguo del planeta, con sus paisajes, rocas, flora y fauna única y sorprendente, vive, por ejemplo, una pequeña rana negra, de no más de 1 cm, llamada Oreophrynella Quelchii, que solo se desliza y no salta, si la llegan a ver por favor no la toquen déjenla en donde está y solo tómenle fotos. Tales condiciones han propiciado la aparición de un grupo de plantas entre las que se destacan las “plantas carnívoras”, verdaderas trampas vegetales que capturan insectos para obtener de ellos los nutrientes que no les son aportados por el suelo.
Una de las que más se ven es la Drosera Roraimae, una pequeña planta insectívora endémica del Roraima, de intenso color rojo-púrpura, que crece en los sitios más húmedos. Cuando los insectos se posan sobre ella, quedan atrapados por una sustancia pegajosa que segrega la planta. Sobre la cumbre se pueden apreciar pequeños arbustos de tronco leñoso y copa densa y rojiza, con pequeñas flores rosadas: Bonnetia Roraimae. También podrán observar un ave que se llama Tico-Tico (Zonotrichia Capensis) es muy peculiar y siempre está cerca de personas que tengan comida.
Después de mi primera subida empecé a trabajar con los pemón me convertí en porteadora de baño (bajaba las heces de los turistas), así estuve por un año, luego fui ascendiendo a cocinera y después asistente del guía por dos años, ellos me dieron la oportunidad y me abrieron las puertas de su místico y sagrado lugar ancestral.
El día de hoy estoy muy agradecida, pues yo les brindaba todo el conocimiento de lo que es atención al turista, calidad de servicio, y ellos me enseñaban el trabajo de campo, fue una experiencia inolvidable que recuerdo todos los días, pues comencé desde abajo, y hoy son mis compañeros de trabajo y todo mi equipo es de la comunidad indígena de Paraitepuy.
Roraima me abrió las puertas y me cambio la vida, este fue mi lugar para ejercer mi carrera profesional, todas las veces que voy siento como si fuese la primera vez. Este es mi mundo.
¿Qué debo llevar?
Saco de dormir, aislante, protector solar, gorra para el sol y la lluvia, repelente de mosquitos para protegerte de los puri-puri, poncho para la lluvia, camisetas manga larga y pantalones largos para protegerse del sol y de los mosquitos, bolsas de plásticos tipo ziploc para proteger la ropa del agua, botas de montañas o zapatos deportivos (es recomendable usados, nuevos no), ropa interior y medias (suficientes), abrigos, medicinas, como ibuprofeno, cremas para dolores musculares e incluso antibióticos ,dulces o barras energéticas y granola que te darán mucha energía durante el camino.
¿Cómo llegar y elegir la Agencia para el Tour?
Al Roraima no pueden ir solos, es obligatorio contratar una agencia o un guía. Hay muchas operadoras que te ofrecen distintos planes desde paquetes básicos (tipo mochilero), hasta paquetes vip. Aquí les menciono algunas agencias especializadas para este tipo de excursiones.
Eco Aventura Tours 0424.923.0318
Explora Treks 0424.2087222
Los Viajes de Greg 0424.3651793
Kiawok 0414.1928897
Si necesitas contratar logística o transporte:
Kiro Tours 0426.5103976.
Recuerden que cuidar la naturaleza, es cuidar de nosotros, y de nuestras futuras generaciones, que tu eres el mejor guarda-parques que puede existir.
Fuente: https://www.eluniversal.com/guia-turistica/37058/roraima-madre-de-todas-las-aguas
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