Montaña o lugar de los pericos. Su silueta asemeja a una persona acostada. Es la mejor opción de conocer un tepuy en poco tiempo.
Este recorrido que te lleva por sabanas y selvas húmedas culmina la primera jornada en las cabeceras del río Uadachí donde te espera un espectacular pozo natural de aguas verde turquesa, desde donde se divisa la cima y una vista panorámica de toda la sabana, ríos, morichales y otros tepuyes al fondo, que representan un valor paisajístico de excepcional belleza.
El Gigante Acostado
El Tepuy Chirikayen es ideal para comenzar el Senderismo. Situado al sur de La Gran Sabana, fuera de los límites del Parque Nacional Canaima, tiene una altura de 1.650 metros sobre el nivel del mar. Un tepuy o tepui “es una meseta de arenisca que se caracteriza por sus paredes verticales y cumbres planas y que en Venezuela contamos con más de 90 montañas de este tipo”. Muchos turistas que llegan a la Gran Sabana, con ganas de explorar, tanto extranjeros como venezolanos, vienen con el sueño de subir Roraima, porque no saben de la existencia del tepuy Chirikayén que en su toponímico significa “montaña o lugar de los pericos”, nombre dado por los indígenas de la zona por la cantidad de aves que allí se encuentran y que llaman “Chirikas.
Este tepuy también es conocido como “el indio acostado” o el “gigante acostado” por su inmensa silueta que se ve desde la carretera que asemeja a una persona acostada.
Cuando lo visité en el año 2013, me embarqué en esta aventura junto con Julio mi compañero de viajes. Como muchos turistas, insistí en que quería subir Roraima, pero gracias a su sabiduría, me convenció para que practicara largas caminatas y conociera primero el Chirikayén.
Preparamos todo un mes antes, la comida que íbamos a llevar, carpas, la planificación de la logística que requiere este tipo de excursión. Solo contratamos un guía y un carro que nos llevaría desde Santa Elena de Uairén hasta la Comunidad de Chirikayén.
Salimos bien tempranito y nos dirigimos por un camino de tierra con sentido a “Chirika”, ubicada a 60 minutos de Santa Elena de Uairén. El guía nos recomendó prepararnos porque tendríamos que hacer una caminata de entre 4 horas y media a 5 horas. Toda la comida la llevábamos en nuestras mochilas. A pesar de que la mía pesaba unos 15 kg, mi emoción porque este viaje representaba un gran reto para mí, convertía la carga en peso liviano. Quería, más que todo, probarme a mí misma de lo que era capaz de hacer.
Después de varios kilómetros de caminata por bosques y sabanas llegamos al primer campamento donde montamos las carpas a un costado del río Uadachí y disfrutamos de un refrescante baño, luego preparamos una deliciosa cena, mientras disfrutábamos la vista del imponente Chirikayén.
Me desperté a las 5:00 am para aprovechar la luz del sol, mientras Julio hacía fotografías. Después de un suculento desayuno comenzamos a caminar hacia la cumbre de la montaña. Lo primero que hicimos fue pedirle permiso al tepuy, ya que los pemones lo consideran sagrado. Se me hacía difícil la subida de la rampa, pero pienso que todo está en la mente, así que me llenaba de fuerza y de ganas cuando veía tan cerca la cumbre. La vista es espectacular y te encuentras en el camino plantas epífitas, como orquídeas y bromelias, plantas endémicas de la zona y plantas carnívoras. En cuanto a la fauna de la zona, si se tiene algo de suerte se pueden observar osos hormigueros o palmeros y muchas especies de aves que son muy buscadas por los observadores de aves.
La felicidad nos invadió y hasta se me salieron las lágrimas de la emoción, cuando alcanzamos la cumbre. Nos abrazamos y lloré al poder conquistar mi primera montaña y en este caso mi primer tepuy. En ese momento sentí un frenesí que me recorría el cuerpo y descubrí mi amor por los tepuyes. Fue una de las mejores sensaciones de toda mi vida. Suspiraba y le susurraba a mis compañeros mis expresiones de admiración ante el hermoso paisaje, mientras disfrutábamos de uno de los atardeceres más hermosos que había presenciado y con mi libretica en la mano describía lo bella y privilegiada que es Venezuela en cuanto a bellezas naturales.
Desde la cumbre podíamos observar la inmensidad de la sabana. A lo lejos se divisa la comunidad de Paraitepui del Roraima, Wadaka, Kukenán, los valles y montañas que llevan a El Paují y hacia el norte la formidable muralla del Akopán y el Upuigmá Tepuy. Desde esa cima tienes una espectacular vista de 360º de La Gran Sabana.
En su cima, entre piedras, lajas y corrientes de agua, pernoctamos la segunda noche. El cielo estrellado semejaba un sin fin de diamantes fulgurantes de luz que cobijaban mis sueños e ilusiones. Al siguiente día, después del desayuno, empezamos el descenso por el extremo sureste del tepuy, atravesamos un largo valle de sabana de morichales que son la cabecera de las aguas de los ríos Uadachi, Wará, Canayeutá y María Parú.
Luego pasamos por una selva que luce cual galería hasta llegar al río y la cascada Wara, donde nos quitamos el calor en las frescas aguas y aprovechamos para comer algunas frutas y continuar nuestra caminata hasta Santa Elena de Uairén.
Chirikayén es la mejor opción para conocer un tepuy en corto tiempo, se puede hacer completamente en 3 días, y queda cerca de Santa Elena de Uairén.
Esta visita representó mucho para mí porque se me abrieron nuevos caminos. En este tepuy inicié mi carrera y me dediqué a explorar otros, a formarme como guía, a ser una emprendedora, a seguir mostrando las bellezas que tenemos, a tener ese contacto pleno con la naturaleza. Subir un tepuy o montaña cambia tu perspectiva de la vida, te comprometes más con el medioambiente, con lo que tienes a tu alrededor, a valorar, proteger y conservar lo nuestro. Tras una visita a un tepuy llegas como nuevo a tu casa, con otra luz, con energía, con más ganas de seguir viviendo. El camino no es largo, si el destino vale la pena.
Para mí, este viaje me ha demostrado que uno tiene que seguir sus sueños, incluso si son demasiado bonitos para ser reales o inalcanzables. Cuando dejas de soñar dejas de vivir.
Cómo Llegar
En Santa Elena de Uairén existen varias operadoras que organizan este tipo de excursión.
Estos expertos en turismo te llevarán de manera segura, responsable y confiable a conocer este mágico Tepuy. Recuerden que cuidar la naturaleza, es cuidar de nosotros y de nuestras futuras generaciones.
¡Tú eres el mejor guardaparques que puede existir!
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